Por otra parte, la contribución de las artes y las humanidades a la IA ética

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La erudición humanística es amplia y comprende las disciplinas del arte, la historia, los clásicos y la literatura inglesa, junto con las áreas de erudición que han surgido de las intersecciones entre las disciplinas establecidas: estudios de área como los estudios africanos, eslavos o americanos, estudios culturales, formación en lenguas modernas que se centra en la filosofía continental, o medios de comunicación y diseño.

Al examinar las ideas producidas en muchos contextos diferentes de todo el mundo, estas áreas contribuyen a reimaginar las normas culturales, a través de una atención al significado en múltiples contextos culturales. Esto crea la capacidad de una profunda comprensión de la diferencia y la posibilidad. Desde las lecciones de la historia hasta la capacidad que aporta la ficción de caminar en los zapatos de otra persona, las humanidades proporcionan formas de crear nuevos mundos.

Pensemos en la lucha perpetua que parece que tenemos con el determinismo tecnológico, que nos acompaña desde hace 250 años. Este determinismo sustenta muchas de las respuestas a los debates sobre las nuevas tecnologías, y no sólo cuando pensamos en las narraciones distópicas.

También aparece en las fantasías de optimización de las que habla Shannon Vallor en su artículo. La propia noción de optimización es lo que yo llamo un "marco de sistemas tecnológicos", un patrón que aparece en el mundo imaginado y construido. Identificar cómo estos marcos parecen guiar y estructurar nuestro pensamiento es una forma esencial de crítica basada en las humanidades.

Otro aspecto del trabajo basado en las humanidades es llevar esta crítica aún más lejos: aflojar el marco de los tecnosistemas y crear algo que quede fuera de él, en la imaginación y en la práctica, un "de otra manera". En mis propios escritos, considero esto en relación con "Deshacer la optimización", examinando las formas, en la teoría y en la práctica, en que es posible reimaginar los marcos que estrechan y optimizan la ciudadanía.

Escribo sobre cómo el crowdsourcing o el trabajo con "datos cívicos" reitera los mismos patrones que los establecidos por las empresas tecnológicas que prometen un espacio urbano optimizado. Sin embargo, en cierto modo, pensar y trabajar dentro de este marco tecnosistémico puede plantear cuestiones sobre las relaciones de poder, los lugares donde se crea la diferencia y la posibilidad puede desafiar esos métodos de creación. Y estas posibilidades, estas imaginaciones, son actos éticos.

Crear mundos de otra manera: un acto ético

La ampliación de los imaginarios culturales que produce la ficción, como señala Vallor, es una de las formas de generar estos tipos de "de otro modo", por lo que es importante ampliar la gama de fuentes culturalmente significativas. En Los desposeídos, de Ursula K Le Guin, coexisten dos planetas, cada uno de los cuales trabaja con una estructura de poder diferente: uno anarquista y otro capitalista. A través de la experiencia de un personaje cuya innovación científica le vale una invitación para viajar al planeta capitalista, el lector descubre la venalidad y la incapacidad de los sistemas de gobierno para abordar la desigualdad, la opresión y la desposesión, así como la insuficiencia de las alternativas.