Iniciativa pionera une ética y tecnología
Durante dos décadas, el florecimiento de la era digital ha sido recibido con un optimismo de cielos azules, definido por una creencia inquebrantable de que cada nuevo avance tecnológico, ya sean computadoras personales más potentes, Internet más rápido, teléfonos celulares más inteligentes o redes sociales más personalizadas, solo sería mejorar nuestras vidas. Pero el sentimiento público se ha cuajado en los últimos años con revelaciones sobre empresas de Silicon Valley y minoristas en línea que recopilan y comparten datos de personas, redes sociales manipuladas por malos actores que difunden información falsa o sembran discordia y algoritmos corporativos que utilizan métricas opacas que favorecen a algunos grupos sobre otros. Estas preocupaciones se multiplican a medida que la inteligencia artificial (IA) y las tecnologías de aprendizaje automático, que hicieron posible muchos de estos avances, silenciosamente comienzan a apartar a los humanos, asumiendo roles más importantes en el ma...