Probar la agencia en red: ¿Dónde está el locus de la responsabilidad moral?

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A medida que la empresa de la inteligencia artificial sigue impregnando nuestras esferas sociocultural, política y económica, resulta cada vez más crucial deliberar y negociar su lugar en nuestros marcos éticos y jurídicos. Las cuestiones éticas y existenciales que plantea el advenimiento de la maquinaria inteligente no sólo son teóricamente perspicaces, sino que tienen una relevancia pragmática directa y pueden plantear implicaciones bastante perjudiciales si se abordan de forma inadecuada. Para mitigar estos riesgos, es esencial que reflexionemos sobre nuestras convicciones acerca de dónde recae la responsabilidad en los casos con carga moral, de modo que puedan aplicarse en cuestiones de ética, derecho y política.

En este ensayo, pretendo problematizar y ampliar una analogía planteada por John P. Sullins en su artículo "¿Cuándo es un robot un agente moral? - una que se establece entre un perro de servicio entrenado y una máquina inteligente, y que concomitantemente nos implora que consideremos si ambos asumirían un grado igual de responsabilidad moral. Aunque Sullins no respalda esta analogía sin más, no deja de ser una propuesta polémica que hay que considerar a la luz del debate académico sobre el lugar de la responsabilidad moral en contextos éticamente delicados. Yo sostengo que, en este caso, existe una desanalogía entre el canino y el robot: mientras que el canino puede situarse legítimamente como un nodo de responsabilidad moral dentro de una red más amplia de agentes morales interrelacionados, la misma designación no puede atribuirse a la máquina. Comenzaré sosteniendo que, aunque ambos pueden considerarse "manipulación(es) de la naturaleza con fines humanos", estas "manipulaciones" son muy diferentes en su esencia: mientras que los perros poseen ciertos rasgos de disposición que preceden a la intervención humana, la naturaleza del comportamiento de la maquinaria inteligente está diseñada y moldeada por el hombre, de modo que es un precipitado directo de la intervención humana.

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