La transformación del trabajo
El futuro del trabajo es una preocupación constante para los trabajadores en una economía globalizada caracterizada por una financiación suelta, cadenas de suministro volubles y, sobre todo, mercados laborales "flexibles". Cada vez menos trabajadores disfrutan de contratos laborales regulares, con derechos sociales asociados, y el riesgo se desplaza cada vez más hacia el trabajo por el aumento del empleo a corto plazo y de cero horas y el autoempleo teórico a instancias de los contratistas de plataformas.
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Se ha propuesto que estos cambios tienen una lógica puramente económica: reemplazar la "mano muerta" del estado por la "mano invisible" del mercado. Sin embargo, lo que realmente ha estado en juego es un cambio de décadas en el equilibrio del poder social y político hacia el capital, que revierta las ganancias para el trabajo en Europa occidental y América del Norte derivadas del acuerdo de posguerra.
Esta erosión constante de la seguridad de los trabajadores se ha visto facilitada fundamentalmente por el auge de las tecnologías digitales. Estos han permitido que el capital reorganice el trabajo a una escala nunca imaginada por Frederick Taylor o Henry Ford, para convertirlo simplemente en otra mercancía "justo a tiempo" para utilizar en el proceso de producción.
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