Iniciativa pionera une ética y tecnología
Durante dos décadas, el florecimiento de la era digital ha sido recibido con un optimismo de cielos azules, definido por una creencia inquebrantable de que cada nuevo avance tecnológico, ya sean computadoras personales más potentes, Internet más rápido, teléfonos celulares más inteligentes o redes sociales más personalizadas, solo sería mejorar nuestras vidas.
Pero el sentimiento público se ha cuajado en los últimos años con revelaciones sobre empresas de Silicon Valley y minoristas en línea que recopilan y comparten datos de personas, redes sociales manipuladas por malos actores que difunden información falsa o sembran discordia y algoritmos corporativos que utilizan métricas opacas que favorecen a algunos grupos sobre otros. Estas preocupaciones se multiplican a medida que la inteligencia artificial (IA) y las tecnologías de aprendizaje automático, que hicieron posible muchos de estos avances, silenciosamente comienzan a apartar a los humanos, asumiendo roles más importantes en el manejo de nuestra economía, transporte, defensa, atención médica y vidas personales.
“La individualidad ... está cada vez más amenazada en una era de big data y aprendizaje automático”, dice Mathias Risse, profesor Littauer de Filosofía y Administración Pública y director del Centro Carr para Políticas de Derechos Humanos en la Escuela Kennedy de Harvard. El centro invita a académicos y líderes de los sectores privado y sin fines de lucro sobre ética e inteligencia artificial a interactuar con los estudiantes como parte de su creciente enfoque en las formas en que la tecnología está remodelando el futuro de los derechos humanos.
Editado por Aniceto Pérez y Madrid, Especialista en Ética de la Inteligencia Artificial y Editor de Actualidad Deep Learning (@forodeeplearn).
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