La incómoda relación entre los derechos humanos y la salud pública: Lecciones de Covid-19 y AI

https://ieai.mcts.tum.de/the-uneasy-relationship-between-human-rights-and-public-health-lessons-from-covid-19-and-ai/

El profesor John Tasioulas, director del Instituto de Ética en la IA de la Universidad de Oxford, fue el invitado distinguido de la última serie de oradores virtuales del IEAI, que tuvo lugar el 15 de julio de 2021.  Su presentación se centró en la incómoda relación entre los derechos humanos y la salud pública, así como en las lecciones aprendidas de Covid-19 y la IA.


El profesor Tasioulas habló de cómo la crisis de Covid-19 ha demostrado, no sólo lo mal preparadas que estaban algunas democracias avanzadas para afrontar este tipo de crisis. De hecho, el Reino Unido y los Estados Unidos, que se situaron a la cabeza del Índice de Seguridad Sanitaria Global en octubre de 2019, pero acabaron experimentando importantes dificultades para controlar la propagación del COVID-19 antes de la disponibilidad de las vacunas. La preparación para una crisis sanitaria tiene muchas dimensiones, sin embargo, esta charla se centró en la vigilancia en cuanto a las categorías éticas que ponemos en juego al abordar dicha crisis. La necesidad de articular claramente nuestros objetivos en las políticas sanitarias es esencial para evitar hacer juicios de valor controvertidos. Convertir un juicio de valor político en una cuestión de conocimientos técnicos no puede ser útil en contextos de políticas públicas, ya que la ciencia no puede demostrar cómo debe actuar la sociedad civil en estas circunstancias.


La segunda parte de la charla se centró en la vigilancia intelectual ante la pandemia de Covid-19. Se trata de comprender los valores relevantes que están en juego y la relación entre esos valores. La filosofía puede desempeñar un papel vital para ayudar a esa preparación, interrogando algunas de las ideas clave que debemos analizar al pensar en esos desafíos.


La falta de comprensión de los derechos humanos y de su relación con los valores pertinentes ha obstaculizado la formulación de políticas claras y justificadas en respuesta a la pandemia de Covid-19.


Estos problemas han sido causados por dos errores, la definición del alcance y contenido de tales derechos, así como la relación de los derechos humanos con la salud pública. El derecho a la salud se solapa con varios derechos, ya que son muchos los factores que afectan a nuestra salud, por ejemplo: el empleo o la vivienda. Sin embargo, el derecho a la salud se especifica sin la definición de obligaciones, lo que en última instancia se convierte en un reto para los gobiernos a la hora de aplicarlas. La amplia comprensión del contenido de los derechos, parece sugerir que ser anulado es una característica sistemática de los derechos, mientras que los derechos deberían ser simplemente obligaciones para el titular del derecho, que sería incorrecto violar. En conclusión, los derechos deberían generar obligaciones morales muy exigentes para los gobiernos que sólo pueden ser anuladas en circunstancias excepcionales.


La última parte de la presentación se centró en la relación de los derechos humanos, la salud pública y la democracia. Los derechos humanos y la salud pública no se excluyen mutuamente, y el respeto de los derechos humanos es el camino que puede llevar a la realización de los objetivos sanitarios. Además, el equilibrio entre los derechos y la salud está influenciado por un bien común. Un ejemplo claro es el papel que ha desempeñado la solidaridad en la promoción de la salud durante la crisis de Covid-19. Los bienes comunes se definen por tres factores principales: sirven por igual al interés de todos y al servir al interés de un individuo no puede quitarle la misma oportunidad a otro. Tener un claro entendimiento del bien común, vence el conflicto entre los beneficios y las cargas de todas las personas respectivamente. Sin embargo, las nuevas tecnologías, suponen una nueva amenaza para alterar el precario equilibrio entre derechos y salud, especialmente cuando son utilizadas por regímenes autoritarios. No obstante, el profesor Tasioulas analizó el ejemplo de Taiwán, donde las tecnologías digitales han facilitado formas de gobierno democráticas más radicales. En Taiwán, las herramientas digitales de la comunidad participativa han recogido las opiniones de los ciudadanos y las han sintetizado en ideas que pueden incluirse en los procesos de toma de decisiones. Además, se han desplegado herramientas digitales para hacer frente a las campañas de desinformación, sin necesidad de censurar, exigiendo a los sistemas que corrijan las afirmaciones falsas en un plazo de dos horas. En conclusión, sugirió que la democracia puede formar parte del ethos que mejor asegura los derechos humanos y la salud pública por igual, fomentando la solidaridad ciudadana que ambos factores requieren.

*** Translated with www.DeepL.com/Translator (free version) ***


Comentarios

Popular

Es hora de que la IA se explique

Ann Cavoukian explica por qué la vigilancia invasiva no debería ser la norma en los entornos urbanos modernos y sostenibles

Gemelos digitales, cerebros virtuales y los peligros del lenguaje