La pandemia podría destruir una última frontera en nuestra privacidad: nuestros seres biológicos
Si estas dinámicas ya estaban en movimiento, han estado en la vía rápida desde el inicio de la pandemia de coronavirus. En marzo, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, sostuvo una reunión con nuevas empresas de salud, grandes empresas tecnológicas y los principales actores de la salud para discutir cómo podrían ayudar a enfrentar la pandemia de coronavirus. Luego, el gobierno otorgó silenciosamente acceso a millones de registros de datos de salud del Reino Unido a Amazon, Microsoft y Google, además de la controvertida firma de minería de datos Palantir, para construir un almacén de datos COVID-19, agregando datos de múltiples fuentes, incluidas las pruebas de datos. En el otro extremo del espectro, nuevas empresas como EverlyWell, Let's Get Checked y CircleDNA que venden kits de pruebas en el hogar para cosas como la genética y el diagnóstico de sangre se han apresurado a comercializar nuevos kits de pruebas COVID-19.
Pero aunque las compañías tecnológicas son famosas por moverse rápido, también rompen las cosas. Una de las cosas que podrían quedar rotas es nuestro derecho a la privacidad si la vigilancia bioinvasiva se infiltra como una nueva norma.
Editado por Aniceto Pérez y Madrid, Especialista en Ética de la Inteligencia Artificial y Editor de Actualidad Deep Learning (@forodeeplearn).
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