La nueva ley de inteligencia artificial de la UE corre el riesgo de permitir a los estados de vigilancia orwellianos
Desde que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió entregar un reglamento para la inteligencia artificial (IA) "de vanguardia pero confiable" en sus primeros 100 días de mandato, el microscopio de la política tecnológica global se ha fijado en la respuesta de la UE. .
Ayer, más de un año desde que von der Leyen asumió el cargo, la Comisión Europea lanzó su propuesta sobre IA.
La regulación es una bolsa mixta. A pesar del persistente cabildeo de los países de la UE y la industria para evitar reglas obligatorias sobre IA, la propuesta adopta una postura de derechos fundamentales mucho más fuerte de lo que muchos esperaban. Al prohibir la IA para la puntuación social y algunos usos policiales de los sistemas biométricos, la Comisión Europea ha allanado el camino para el argumento de que algunos usos de la IA son simplemente demasiado dañinos para ser permitidos.
Esta admisión es un rayo de esperanza para la sociedad civil que ha pedido líneas rojas sobre los usos no permitidos de la IA, como el reconocimiento facial en espacios públicos y la vigilancia policial predictiva.
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