El máximo tribunal de Francia valida la vigilancia masiva a largo plazo

https://edri.org/our-work/frances-highest-court-validates-mass-surveillance-in-the-long-term/

En total desprecio de la jurisprudencia europea, la sentencia del tribunal de Francia ignora los fundamentos de muchas de las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). En octubre de 2020, el TJUE consideró que tanto la ley francesa que regula el acceso de los servicios de inteligencia a los datos (“Loi renseignement”) como la legislación que obliga a los operadores de telecomunicaciones a retener todos los metadatos de las comunicaciones (direcciones IP, datos de ubicación, etc.) de forma generalizada y de manera indiferenciada eran contrarios a los derechos fundamentales. Con su fallo, el Conseil d'Etat aísla a Francia en su "Frexit de seguridad" y saca los principios del estado de derecho del camino de los servicios de inteligencia franceses.


A primera vista, la decisión del Conseil d'Etat conduce a la invalidación o derogación de algunos de los decretos atacados por LQDN, la Red Francesa de Datos (FDN), la Fédération des Fournisseurs d'Accès à Internet (FFDN) e Igwan.net, que introdujo una obligación para los proveedores de telecomunicaciones y de alojamiento de retener los datos de conexión (como direcciones IP, ubicación, etc.) de manera generalizada e indiferenciada. Pero la ilusión se aclara de inmediato con el Conseil d'Etat, que prescribe soluciones correctivas superficiales que permitirán al gobierno francés mantener su régimen de vigilancia masiva. Junto a esta falsa concesión, rechaza el resto de argumentos de los demandantes contra los servicios de inteligencia.


El Conseil d'Etat autoriza la conservación general de metadatos, incluso fuera de períodos excepcionales de emergencia de seguridad, contrariamente a lo que exigía el TJUE en su decisión de 6 de octubre de 2020 contra Francia. Para llegar a una conclusión tan contundente, el Conseil d'Etat reinterpretó la noción de "seguridad nacional" para extenderla mucho más allá de la lucha contra el terrorismo e incluir, por ejemplo, el espionaje económico, el tráfico de drogas o la organización de manifestaciones no declaradas. De esta manera, concluye que la seguridad nacional está sistemáticamente amenazada, justificando la elusión permanente de las garantías que protegen las libertades fundamentales, incluso en ausencia de estados de excepción oficiales sujetos a control democrático (por teórico que sea).


Asimismo, el Conseil d'Etat permite el acceso a los datos por parte de la policía para cualquiera de las finalidades comprendidas en este amplio y vago concepto de “seguridad nacional”, mientras que el TJUE exige que esta medida de vigilancia se limite a la lucha contra los delitos graves. .


Esta decisión refleja el cheque en blanco otorgado por el Conseil d'Etat al gobierno ya los servicios de inteligencia. Al reducir los derechos a la intimidad, la seguridad o la libertad de expresión a una pura declaración de principio desprovista de efectividad, el Conseil d'Etat da a la sacrosanta seguridad nacional una definición tan monstruosa que le permite aniquilar el resto de derechos fundamentales. . El Conseil d'Etat anuló el principio básico en términos de vigilancia estatal y lo consagró permanentemente en la ley francesa: todos son sospechosos, de todo, todo el tiempo.

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