Preocupaciones de derechos civiles en relación con el uso de la tecnología de reconocimiento facial por parte de las fuerzas del orden

https://www.newamerica.org/oti/briefs/civil-rights-concerns-regarding-law-enforcement-use-of-face-recognition-technology/

En todo el país, las agencias policiales y de inmigración locales, estatales y federales utilizan sistemas de reconocimiento facial para identificar, rastrear y apuntar a las personas. Más de la mitad de todos los adultos estadounidenses ya se encuentran en bases de datos de reconocimiento facial utilizadas para investigaciones criminales. [1] Esta tecnología expande drásticamente el poder de la aplicación de la ley y plantea graves amenazas a la seguridad, el bienestar y las libertades de expresión y asociación de todos, pero especialmente para las comunidades negras y marrones, comunidades musulmanas, comunidades de inmigrantes, comunidades indígenas y otras personas histórica y actualmente marginadas y seleccionadas. vigilando.


Gran parte del debate público se ha centrado en la alarmante inexactitud de los sistemas de reconocimiento facial, especialmente en mujeres y personas con piel más oscura [2]. En al menos tres casos que son de conocimiento público, la policía se ha basado en identificaciones de reconocimiento facial erróneas para realizar arrestos injustos de hombres negros, lo que subraya la naturaleza peligrosa de esta tecnología en manos de las fuerzas del orden [3].


Pero las mejoras en la precisión de la tecnología no abordarán el problema fundamental: el reconocimiento facial amplía el alcance y el poder de la aplicación de la ley, una institución que tiene una larga y documentada historia de discriminación racial y violencia racial que continúa hasta el día de hoy. En el contexto de la policía, el reconocimiento facial siempre es peligroso, sin importar su precisión. A lo largo de la historia de nuestra nación, las fuerzas del orden han utilizado la vigilancia para silenciar la disidencia y mantener la supremacía blanca, desde las patrullas de esclavos [4] hasta el programa COINTELPRO del FBI. El reconocimiento facial y otras tecnologías modernas de vigilancia prometen continuar una historia que ha demostrado ser incompatible con las libertades y los derechos de las comunidades negras y morenas.

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